Carmen Yebra Camacho nos acerca y presenta el canto de una Niña Perdida que se define a sí misma como romántica, poética y dramática «escarmentá». Una mirada íntima que hace balance de las cicatrices que portamos y que abarca temas como el amor y el desamor, la noche, el miedo, la melancolía y la tristeza, o la simple predestinación a la vida de poeta