Cosas que se acaban, deseos por cumplirse, problemas con mala pinta, situaciones verosímiles, lo que no pudo ser y lo que quizá será, horrores diarios y fantasías factibles. Ha dejado caer a sus personajes en medio de la vida para que se las apañen igual que hacemos nosotros día a día hasta que llegue nuestro time to die.
David Reche Espada
Ilicitano nacido en Alicante en 1977, sufrió desde crío el infortunio de que se le dieran bien las asignaturas de Ciencias. Así que dijeron: «Este niño vale para estudiar, o para ingeniero», por lo que él y sus inseparables gafas de empollón simpático (desde los 3 años, oigan, con esos terribles parches de color carne y todo) se vio condenado a sacar sobresalientes porque los mayores decían que a él le gustaba estudiar (cuando realmente sólo quería jugar con sus construcciones, leer o escribir); viéndose obligado a evadirse a la Universidad Politécnica de Valencia para seguir con la pantomima de las ciencias. En la actualidad cumple condena, lejos del mar en Madrid, como ingeniero de caminos en una empresa del Íbex 35 y bajo la amenaza constante de que le hagan una Acción evasiva.