Relato de naturaleza personal e intimista basado en un encuentro real y continuado con Nemesio, antiguo cabrero del barrio de Tiradores (Cuenca), fue brigadista durante la Guerra Civil y hasta el final de sus días. Esa singular contraseña que me ha permitido acceder a su mundo de oscuridad, ha sido también el santo y seña que me ha llevado de forma inconsciente a atisbar una parte oculta de mi mundo interior.
Emilio La Parra González
(Cuenca, 1969).
Para Emilio, administrativo de la Universidad de Castilla La Mancha, lector no asiduo y con letra temblorosa a la hora de escribir, ha supuesto toda una sorpresa que un relato en principio breve y que sirvió como ejercicio de terapia en unos momentos complicados de su vida haya desembocado en esta novela corta. Supone un homenaje muy especial a Nemesio, un cabrero del barrio que conoció hace tiempo y que, con su peculiar forma de vivir, planteó muchos interrogantes en la vida de Emilio y de quien con él se tropezaba. La gestación ha sido lenta y pausada, alargándose la tarea alrededor de dos años. Ha descubierto que esa elevada sensibilidad que a veces lo hiere es también un don que puede ofrecerle muchas experiencias enriquecedoras e inesperadas. Muchos momentos compartidos en agradecidos encuentros con numerosas personas, algunas de las cuales han tenido también travesías difíciles o diferentes en su vida, han ayudado a llevar a cabo esta obra, así como algunos de los viajes realizados a lugares lejanos.