No todos los héroes son súper.

Ni todos nacen en las grandes ciudades.

A veces, un simple joven de un pequeño pueblo decide impartir justicia e igualdad.

Quizá, tu propio vecino es la persona que puede cambiar la situación de un lugar.

Cuando un hombre tiene férreos principios, es capaz de casi todo lo que se proponga.

Tal vez sea la persona ideal para poner fin a la corrupción de un mundo desolado, enfrentándose a quienes se creen que son los que mandan… O a algo muy superior y, sobre todo, mucho peor.