En este libro, os quiero contar mis aventuras; los líos en los que me meto yo solita, las cosas que me pasan, de las que luego aprendo lecciones cuando «hablo» con mi cabeza. «Hablo», así, un poco recalcado, porque no es solo «pensar» es «hablar»; felicitarme por las cosas que he hecho bien… dejar «hablar» a mi «conciencia» cuando me «pica» porque he hecho alguna «trampita» intentando ser requetelista… o regañarme porque a veces soy requetetonta… Porque mi abuelo dice que «Hablando se entiende la gente» y yo, como a veces hago cosas que ni yo entiendo por qué las hago, pues, para entenderme mejor, «hablo» con mi cabeza. Y entonces también aprendo de los errores y para otra vez, trato de no volver a hacer lo que ya he aprendido que no se debe hacer, y así poco a poco, seré más buena y mucho más lista.