El dolor puede expresarse en silencio, pero cuando surge desde la rebeldía hace falta una llamada de acción que conmueva al mundo. Entonces hay que gritarlo. Walberto, con sus letras desgarradoras y directas, nos habla de lo que le duele. Canta a su país, El Salvador, a su gente y al amor con versos lacerantes y sin adornos gritados desde su interior más puro.