Los relatos de este libro conforman un archipiélago. Cada relato es una isla, con una atmósfera diferente y una mujer como protagonista. Ellas son islas solitarias también, golpeadas por el viento y el mar, que esperan más de sí mismas que de lo que hay ahí fuera. Son niñas, hermanas, hijas, jóvenes, madres y abuelas. Nadan contra corriente, como peces que aguantan el oleaje y las tormentas.

Cada una nos cuenta su historia: la niña que se esconde y escarba hoyos en la tierra para hacer rabiar a su madre. La viajera que sigue a un desconocido que le recuerda a alguien querido. La vecina que espía a su vecina porque tiene alma de detective. La madre y la hija que viven a salto de mata. La niñera que da mucho miedo. La niña que decide vengarse del abusador de su hermana. La mujer maltratada a la que el destino regala la forma de vengarse. La joven que no sabe cómo terminar con su pareja. La mujer que tiene okupas en la cabeza. La niña que echa de menos a su abuela y consigue que venga desde el más allá a visitarla. La mujer a la que el oído le pita cuando algo raro va a pasarle. La mujer que desde que vio el mar ya no puede vivir lejos de él. La joven que pierde cosas a lo largo del día, pero que encuentra cuando se hace de noche. La mujer que olvida que tiene una hija que espera su beso de buenas noches.