Escribir un libro no es tarea fácil y mucho menos conseguir que una editorial te lo publique. Sabemos que como escritor te surgen muchas dudas y en SoldeSol queremos acompañarte en este proceso y ayudarte a evitar algunos de los errores más comunes que nos encontramos.
Son pequeños detalles los que pueden abrirte o cerrarte las puertas de una editorial de calidad.
En este artículo te contamos por qué es importante adecuar el ritmo a la narración y cómo evitar algunos de los errores más frecuentes que leemos en los manuscritos que recibimos.
¿Por qué es importante la velocidad en la narración?
El estilo narrativo debe ser acorde a lo que está sucediendo en la historia, para potenciar y dar credibilidad a la acción. Un buen relato hace «bailar emocionalmente» al lector en situaciones tensas y relajarse plácidamente cuando ésta termina. Si la forma de escribir no concuerda con esos estados, creas una sensación incómoda en el lector.
¿Cómo puedes conseguirlo? Te damos algunas pautas:
Momento de tensión.
En una situación de urgencia la narración debe acomodarse a la prisa aligerando las expresiones de modo que empujen al lector a avanzar en la secuencia. Para ello usa frases cortas y poco detalladas. Ten en cuenta que los personajes, en esos momentos, no están pendientes de lo que sucede alrededor porque el tiempo apremia.
Esto se aplica también a los diálogos. Si el personaje se está muriendo y le queda poca energía, sus frases serán escuetas, a veces inacabadas, imperativas y, muy posiblemente, monosilábicas.
Momento de tranquilidad.
Sin embargo, tras la tormenta llega la calma y el lector agradecerá las partes donde pueda relajarse y recuperar la serenidad. En estos momentos la narración pide al escritor que deje volar su pluma, use metáforas, se recree en describir emociones y sentimientos. Incluso sus personajes, tranquilos y contemplativos, se fijarán más en los detalles del entorno.
Aquí los diálogos pueden ser largos, explicativos o reflexivos, pueden incluso usar expresiones coloquiales que denoten relajación y familiaridad, si el contexto lo permite. También permite frases complejas y subordinadas.
No subestimes el poder mimar la velocidad en tu manuscrito. Ten en cuenta estas pautas y dotarás a la narración de una cohesión y estilo único.