¿Qué es el idiolecto?

–No me convence, caballerete. Los hechos acaecidos no se corresponden con lo que vengo observando —dijo Luisito desde su pupitre.

Incluso dos amigos, de la misma edad, cultura y lugar de residencia, se expresarán de forma diferente cuando hablen. Esto es aún más evidente cuando comparas el modo de hablar de una persona mayor con el de un político, una madre o el rector de la universidad. Eso es el idiolecto.

Esta técnica puede usarse, en determinados casos, como una herramienta de humor, ya que la base de la comedia consiste en provocar la risa por medio de la sorpresa y los contrastes, pero si no es lo que pretendes, es un grave error que debemos solucionar.

 

¿Por qué sucede? ¿Cuál es la base del idiolecto?

El idiolecto puede estar causado por distintas razones, una de las más problemáticas es, quizá, la empatía. Como escritor puedes incurrir en darle tu propia voz a tus propios personajes, y así lo que consigues es que se expresen todos como si fueran la misma persona. Esto desorienta bastante al lector, especialmente durante una conversación larga, que puede llegar a no distinguir quién está hablando.

 

¿Cómo se soluciona? Las fichas de personajes

Como editorial, nos encontramos este error con más frecuencia de lo que puedes imaginar. No obstante, la solución es tan simple como utilizar de forma correcta las fichas de personajes.

Una ficha bien planteada, contempla un apartado específico para definir el habla. De esta manera, habrás establecido, de forma concisa, todos los detalles sobre el modo de expresarse de tu personaje: ¿usa latiguillos? ¿Cuáles? ¿Es profruso en su discurso o por el contrario se explica lacónicamente? ¿Responde con preguntas? ¿Es agresivo o afectuoso en sus diálogos? ¿Usa palabras cultas o grandilocuentes? ¿su vocabulario es limitado, usa localismos, alguna jerga? ¿Se expresa usando ejemplos o refranes?

Al margen de esta categoría, entran en juego otras características de tu personaje que afectan directamente al modo de expresarse, como es la edad, su formación, entorno social y experiencias vitales.

Si trabajas con detalle las fichas de personajes puedes tener mayor control sobre cómo deben desarrollarse sus diálogos e intervenciones y así marcar la diferencia entre los personajes que aparecen en tu historia, conociendo de antemano qué pueden o no pueden decir.

Si te aseguras de adecuar las fichas a la forma de hablar, habrás aportado credibilidad, madurez y profundidad a tus personajes.

 

Otras ventajas de desarrollar el idiolecto.

Ten en cuenta que un idiolecto bien trabajado también te ayuda a narrar la historia de una forma más ligera, ya que no tienes que recargar el texto indicando en cada momento quién dijo qué cosa, pues la propia expresión será indicador suficiente.

Un consejo adicional: adecúa el vocabulario. Así aportas riqueza y credibilidad harás sentir a tus lectores que están presenciando realmente una conversación entre los personajes de tu novela.

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